
En este post vamos a hablar de Nicolás Maquiavelo, y su obra ‘El Príncipe’.
Si te da pereza leer más de la cuenta, te invito a que veas el vídeo que he hecho resumiendo las principales ideas que Nicolás Maquiavelo expresa en su libro:
Pero si prefieres leer, a continuación tienes una ampliación del vídeo:
El Príncipe de Nicolás Maquiavelo
Antes de nada decir que las ideas que expongo en este post son exactamente eso. Ideas.
No me atrevo, por lo tanto, a recomendar ni a desrecomendar ninguna de ellas.
La forma en que cada uno tiene de vivir y sentirse sobre su vida es, en definitiva, responsabilidad de cada uno.
- ‘Hay tanta distancia de cómo se vive a cómo se debería vivir, que el que deja el estudio de lo que se hace para estudiar lo que debería hacerse, aprende más bien lo que debe obrar su ruina que lo que debe preservarle de ella.’
Lo que Maquiavelo dice aquí es ‘mira, pon los pies en la tierra’.
Puede que tú estés completamente concienciado de la necesidad de salvar de la extinción a los escarabajos peloteros, que sepas lo importante que es dedicar recursos a la investigación del síndrome de Tourette, o de la tremenda importancia que reviste la conservación de la cultura mursi en Etiopía.
Y puede que al conocer todo esto, tu primer impulso sea salir a la calle, y reivindicar los derechos de estos colectivos contra todo pronóstico. Pero el problema de esto, es que te olvidas de una cosa.
Y es que, a pesar de tus esfuerzos, la mayoría de personas no necesita o no quiere más problemas socio-humanitarios de los cuales preocuparse.
La mayoría de personas, sí que tiene, sin embargo, una preocupación genuina por saber cómo se encuentran los abdominales de Cristiano Ronaldo, en saber cuál es el nuevo color con el cual ha decidido tintarse el pelo Messi, o saber qué tal le van las vacaciones de verano a Kim Kardashian.
Si sales ahí fuera a hablar a la gente de la pérdida del hábitat de la mariposa monarca, lo más probable es que consigas que la gente huya despavorida de ti.
Si le preguntas a la gente si deberías ver programas basura y reality shows con gente gritando o tirándose los trastos, seguramente te dirán que no.
Te dirán algo como:
‘¿Sabes?
Deberías estar leyendo a Hume.
El «Tratado de la naturaleza humana», concretamente.’
Sí, es cierto que deberíamos estar leyendo ‘El Capital’ de Marx o la ‘Fenomenología del Espíritu’ de Hegel, y es más que seguro que algún programa de televisión actual no debería ni existir.
Pero lo cierto es que, mientras ese programa bate todos los récords de audiencia el domingo por la noche, Nietzsche coge polvo en la estantería de alguna tienda de libros a punto de caer en la quiebra.
Puedes dedicar tu vida al estudio de la función celular de los hepatocitos, aprender biología molecular y estudiar la fisiología del sistema nervioso. Aprender todos los intermediarios metabólicos para la producción de serotonina en el cerebro, y los pasos para la degradación de piruvato en el ciclo de los ácidos tricarboxílicos.
Eso no va a cambiar la cantidad de gente que no está dispuesta a pagarte por investigar las causas del síndrome de Marfan.
Ni va a cambiar la cantidad de gente que sí está dispuesta a pagar por una entrada de cine para ver la última película americana con un guión horrible, pero muy bien marketeada.
- ‘Un hombre que en todas las cosas quiera hacer profesión de bueno, entre tantos que no lo son, no puede llegar más que al desastre. Por ello es necesario que un príncipe que quiera mantenerse aprenda a poder no ser bueno, y a servirse de ello o no servirse según las circunstancias.’
¿Cuántas veces has oído a alguien quejarse de que no hay políticos honestos?
¿Cuántas veces has oído a alguien quejarse de que no hay políticos que cumplan sus promesas?
¿Cuántas veces has oído a alguien enfadarse porque el gobierno no hace lo que una vez dijo que haría?
Miles, ¿verdad?
Sin embargo, la mayoría de políticos son poco honestos y prometen cosas que difícilmente podrían cumplir por una sencilla razón.
Y es que es la única forma de que les vote suficiente gente.
Imagina que un partido político se presentara a las elecciones con el siguiente discurso:
‘Bueno, tenemos una tasa de paro del 20 %, un fracaso escolar del 33 % y estamos en una crisis financiera porque la mayoría de la gente ha decidido comprarse una vivienda que no puede pagar.
Así que nuestras prioridades son introducir una asignatura sobre finanzas personales, aumentar el presupuesto en ciencia y tecnología y disminuir las tasas para la formación de nuevas empresas.
Con estas medidas y con el trabajo duro de los ciudadanos durante varios años, nos prevendremos de crisis futuras y tendremos una economía más robusta a largo plazo.’
¿Y cuánta gente crees que votaría a este partido?
Bueno, seguramente haya alguien que simpatice con algunas de estas medidas.
Seguramente los investigadores y científicos se alegrarán de que finalmente alguien quiera gastar dinero en I+D, y muchos autónomos estarían agradecidos de que les den un respiro.
Pero esta aproximación es prácticamente la misma que la de la persona que busca gente para salvar el ecosistema de la mariposa monarca.
Simplemente, no mola.
Es mucho más fácil razonar con un partido que eche balones fuera, empiece a culpar a otros, y haga promesas irrealizables que satisfagan las fantasías de todos esos ciudadanos que han visto su nivel de vida rebajarse a niveles insospechados.
‘Si hacemos esto o lo otro, si decidimos no pagar la deuda que hemos contraído, o si obligamos a la gente rica a que nos dé su dinero sin el menor motivo, entonces podremos tener dinero suficiente como para mantener los mismos niveles de vida que teníamos antes, y empezar a gastarnos de nuevo el dinero en cosas que no necesitamos’.
Presentarse a unas elecciones con unas perspectivas realistas y un discurso honesto, es como publicar en tu blog un artículo titulado ‘RECICLAR TAMBIÉN ES PARA TI’ esperando que tenga el mismo número de visitas y comentarios que tiene el último artículo que el diario deportivo dedica a la novia de la nueva estrella del Real Madrid.
Simplemente, no pasa.
- ‘El vulgo se deja siempre engañar por las apariencias y por el éxito, y en el mundo no hay sino vulgo.’
En marketing se denomina marketing social a dedicar parte de los beneficios que resultan de la venta de un producto o servicio a fines sociales.
Muchas veces, estas iniciativas son válidas y valiosas porque ayudan a la compañía a vender sus productos, y además crean un impacto positivo en la sociedad, al beneficiar determinados grupos de personas o colectivos.
Pero hay otras veces, en las que este tipo de ideas, simplemente, no son tan legítimas ni tan elegantes, siempre que se presentan.
Por ejemplo, una de las cosas más divertidas que te puedes encontrar entre los anuncios de YouTube es la estrategia que algunas empresas utilizan para vender bebidas alcohólicas.
Oh, qué buenas personas, ¿verdad?
Que por cada botella de ron que nos bebamos, algo de ese dinero pueda servir para llevar a cabo fines sociales y financiar proyectos.
Qué buena iniciativa de crowdfunding para poner en marcha los emprendimientos de los jóvenes y mejorar nuestra sociedad positivamente.
Pero, ¿qué hay de los criterios de selección de los proyectos?
¿Serán válidos también aquellos que intenten moderar el consumo de alcohol entre los jóvenes?
¿Y aquellos que verdaderamente quieran crear una plataforma de crowdfunding real con proyectos sociales de verdad cuya recaudación no vaya a parar en su práctica totalidad a una destilería?
¿Esas propuestas también pasan el proceso de selección, o no se contemplan de la misma manera que las otras?
Lo mires por donde lo mires, la mejor manera de que instalen una máquina de café en la biblioteca de tu universidad, o de que pongan wifi gratis en la residencia de estudiantes en la que te encuentras, no es que te emborraches hasta perder la noción del tiempo los sábados por la noche.
Sino hacer una colecta para comprar una máquina de café o recoger algo de dinero para crear un punto wifi.
- ‘Por lo que insisto en que a los hombres hay que vencerlos o con los hechos o con las palabras, o bien, exterminarlos; porque si es posible que se venguen de ofensas pequeñas, es imposible que lo hagan de las grandes; y en que es del todo necesario es que la ofensa que se infiera a un hombre sea de tal calibre que de ella no pueda esperarse ninguna clase de venganza.’
A veces me hace bastante gracia las propuestas de algunas personas que empatizan con una visión comunista de la sociedad.
‘Si yo estuviera al cargo de todo, triplicaría el sueldo de todo el mundo, establecería una renta básica para absolutamente todas las personas y disminuiría la edad de jubilación a los cuarenta años’.
¿De verdad vas a hacer eso?
¿Qué harás cuando la mayoría de personas empiecen a pasar el noventa por ciento de su tiempo viendo la tele en vez de solucionar problemas?
¿Cómo incentivarás a los jóvenes a estudiar si les haces creer que ya tienen todo el dinero que necesitan trabajando de albañiles?
¿Cómo pagarás a los países extranjeros que desarrollan las vacunas, las medicinas y las tecnologías que luego demandan tus ciudadanos?
La gente a veces no se da cuenta de que estamos en un mundo tremendamente competitivo. Puede que ya no vivamos en la jungla o la selva, pero los principios que se aplican hoy en día, son exactamente los mismos.
Naciones enteras entran en guerra por petróleo y recursos económicos; las empresas y las corporaciones se involucran en los procesos legales más horribles para eliminar a su competencia del mercado.
¿De verdad esperabas que alguien fuera a regalarte muchas de esas cosas que realmente querías?
Gawker era un blog americano centrado en cubrir las noticias relacionadas con los famosos y las celebridades de Estados Unidos.
Era lo que se podría considerar como una pequeña revista del corazón online.
El problema de Gawker es que consiguió sacarle las cosquillas a más de un directivo de Silicon Valley.
En 2007, Gawker escribió un artículo, haciendo pública la orientación sexual del multibillonario Peter Thiel, cofundador de PayPal y uno de los primeros inversores en Facebook.
Si te tildan públicamente de ser gay, normalmente no podrás demandar por difamación a los responsables, porque eso supondría decir que ser gay es una característica vergonzosa, sin serlo realmente.
Sin embargo, el hecho de ver su orientación sexual descubierta digamos que no le hizo mucha gracia a Peter.
Así que en 2012, cuando el luchador Hulk Hogan vio publicado un vídeo suyo en el que salía manteniendo sexo con la mujer de su mejor amigo, ¿sabes quién le ayudó a financiar la demanda contra Gawker?
Exacto, Peter Thiel.
Hasta ahora, el billonario ya ha utilizado alrededor de 10 millones de dólares en algunas de las demandas que se acumulan contra el blog de prensa rosa.
Al respecto del litigio contra el blog de cotilleos, Peter Thiel comenta: ‘Es una de las mayores labores filantrópicas que he hecho’.
Involucrarse en largos y pesados procesos legales, poner demandas y acabar con tus oponentes de un plumazo puede que no sea la mejor manera de solucionar los problemas, pero es muchas veces la manera en la que el mundo funciona.
- ‘De aquí se puede sacar una notable conclusión: que los príncipes deben dejar a otros la disposición de las cosas odiosas, y reservarse para sí mismos las de gracia.’
Cuando César Borgia hubo tomado La Romaña, se dio cuenta de todos los robos, altercados y riñas que se sucedían en ella.
Así que, para pacificarla y hacerla dócil, y apacible, Borgia envió allí a Ramiro de Orco, un hombre cruel y autoritario, para que gobernara la provincia con mano de hierro.
Al cabo de un tiempo, la provincia se había vuelto mansa y tranquila.
El problema era que el pueblo había vivido ya demasiadas crueldades, y Borgia sabía que había empezado a granjearse algún que otro odio.
La solución de Borgia fue coger a Ramiro de Orco, y presentarlo una mañana en una plaza partido en dos pedazos, para dar a entender que toda la crueldad y la naturaleza salvaje provenía del ministro, y así empezar a ganarse la confianza del pueblo.
Es posible que ésta sea la historia más horrible que vayas a escuchar en tu vida. Pero este principio se aplica también, más que nunca, hoy en día.
Cada día aparecen más y más casos de corrupción y tramas escandalosas de connivencia, malversación de fondos y sobornos que salpican a los partidos políticos de todo el mundo.
Se calcula que la pérdida económica causada por la corrupción política española es de 7,5 billones (ingleses) de euros. Una cifra parecida a la que España tendrá que pagar a Bruselas y que se cobrará el ciudadano español en recortes y carencias.
Muchas de las conductas deshonestas de nuestros políticos es posible que no salgan a la luz pública nunca, pero no es necesario que lo hagan, porque podemos hacernos una idea muy acertada de los pensamientos de nuestros políticos respecto a ellas.
Puede llegar el día en el que ese gobernante se mande mensajes personales con la persona más deshonesta de su organización, y que aún así, siga alegando no tener nada que ver con ese ‘cadáver ‘ que es el único responsable de todas las fechorías.
Pueden llevarse adelante las propuestas legales más impopulares y más rechazadas por todos los ciudadanos del estado, y aún así no perjudicar más que al ‘pobre’ ministro al que se las han encargado.
Pueden darse los casos más insultantes de corrupción pública, y aún así resolverse con un simple despido y un nuevo salario.
Puedes hacer todas las virguerías y gobernar de la manera más despótica o bizarra.
Mientras hagas a alguien pagar por ello, te seguirán votando.
¿Qué otros ejemplos de las enseñanzas de Maquiavelo eres capaz de ver en tu día a día?
Puedes decírmelo en los comentarios.
Muchas gracias por leer este post.
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